Las Paridas del Emperador Consorte (I)

Nota: espero que esto se quede solo en la primera entrega, pero tengo la leve impresión que no.

Si soy la Reina del Drama, mi hermana es la Emperatriz y su marido es el Emperador Consorte (E.C.).

Jure que jamás de los jamás iba a escribir sobre él, por a una promesa que le hice a Emperatriz de intentar llevarme bien con él, pero ya la última está entre inoportuna y abofeteable.

Tienen dos hijas, las suele recoger del cole por la tarde mi madre y las recogen en nuestra casa.

Llego a casa un día la semana pasada y me pregunta la pequeña: - Tía Reina, ¿cuando me vas a dar primos? – (delante de sus padres)

- Cuando me case – le respondí

- Siempre puedes usar la inseminación artificial – me suelta E. C. (te has casado con mi hermana, no quiere decir que me puedas decir ciertas cosas).

- E. C. no liemos a las niñas que es meterse en un jardín un poco extraño -

Esto no debería de sorprenderme, pero sienta mal, lo malo es que hace esas bromitas y a mí me dan ganas de hacerle esto:

Otro ejemplo fue cuando todavía de novio de mi hermana, nos fuimos a un concierto de Revolver, es mi grupo favorito y me dice:

- Al Goñi le atabas a la cama y le bajabas la barriga a base de polvos –

Eso lo puedo pensar yo, pero ya que me lo diga no sabes si es:

a) por hacerse el gracioso,

b) tocar los huevos,

c) le faltan dos hervores y un par de guantas con la mano abierta,

d) para señalar que no tengo pareja y hacer que avergüence (puestos a pensar mal)