lunes, 21 de abril de 2014

Un extraño acecha (con permiso de Mary Higgins Clark)

Cuando me pregunto donde me vienen los despistes, siempre le hecho la culpa a Reina Madre. El último ha sido de traca.

Cuando llega el verano, se empeña en dejarse abierta la casa, cuando digo dejarse la casa abierta, es dejarse abierta la ventana de la cocina (vivimos en un chalet, ya os podéis imaginar el nivel de cabreo que me entra) pero como tenemos alarma se cree que ya, eso si, si no hecho la llave a la puerta me hecha la bronca.

El sábado por la mañana me desperté pronto y con mucha hambre, bajo a desayunar, me estoy calentando el café cuando empiezo a oír ruidos en la habitación de encima del garaje.

Subo corriendo los ocho escalones que me separan de la habitación, y mientras me iba imaginando el siguiente escenario:

"Un señor gordo (no me preguntéis porque) vestido de negro o gris y ya le veía sacando una pierna por la ventana intentando entrar".

Lo único que llevaba en la mano, no era siquiera el móvil era un vaso lleno de agua (menuda arma defensiva) que ni solté, cuando al acercarme empiezo a ver como se van moviendo los visillos y los mismos ruidos, bastante asustada me acerco a la ventana, aparto los visillos, me encuentro con:


Si, un gato, salio corriendo escaleras abajo, dí un grito del susto, cerré de un golpe la ventana y me puse a buscar al animalito, no fuera que rompiera algo.

Fui primero a la cocina, no estaba, en el salón tampoco, iba cerrando puertas a ver si encontraba al okupa, pero no le encontré. Pensaba que se habría escapado por algún sitio raro, pero bueno, desayune y me volví a la cama, Reina Madre ni siquiera se despertó.

Cuando volví a levantarme le conté la historia, le había parecido raro, pero nada más. Eso si empezó el dialogo de besugos al que me tiene acostumbrada, con una reconstrucción de los hechos.

(Las dos de pie enfrente de la ventana)
Reina Madre: - Entonces oíste un ruido  y subiste -
Reina: - Si, se estaban moviendo las cortinas y el gato entro en casa -
R. M.: - ¿Y cerraste la ventana? -
R.: - Del susto -
R. M.: - Entonces el gato se fue -
R.: - Se fue escaleras abajo -
R. M.: - Pero no esta en casa -
R.: - No lo sé exactamente porque no le he encontrado, pero si se ha ido me gustaría saber por donde -
R. M.: - Pero si no esta, no sé que problema hay -
R.: - Que no lo sé, que salio corriendo escaleras abajo -
R. M.: - Pero entonces, ¿porque has cerrado todas las puertas?, porque ha salido por la ventana antes de que cerraras la ventana -
R.: - Que no, que se ha ido el muy asqueroso, me supongo que seguirá en casa, sino quiero saber donde por donde se ha ido -
R. M.: - Pero en casa no esta -
R.: - ¡¡¡¡Bastaaaaaaa!!!! ¡¡¡¡Ha entradooooo!!!! si no esta hay dos opciones: se ha largado por algún sitio que no sabemos, o bien me lo he imaginado y me estoy volviendo loca -
R. M.: - Tampoco es para que te pongas así -

Nos pusimos a buscar por la cocina y por el salón, finalmente encontramos al gato detrás de un sillón, junto al radiador.

Le dí con el palo de fregona y ni se movió. 

R.: - Pues debe de haberse muerto - (soy así de optimista)
R. M.: - Espera que muevo el sillón -

Fue verse descubierto y salio corriendo por todo el salón, subiéndose por encima de los cuadros hasta que logramos sacarlo por la puerta del patio.

R. M.: - Me debí de dejar la ventana abierta cuando saque la cabeza para cotillear, no se cuentes a tu hermano que me llamara gilipollas - (normal, Reina Madre, normal y a mi imbécil por haberme confiado)

4 comentarios:

  1. Jajajajaja, menudo susto, la verdad es que no debe sentar muy bien. Para la próxima, le adoptáis, jajajaja.

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    1. Visto como se puso, creo que no... pero vamos se hizo con la casa en un segundo.

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  2. ya me da mala hostia cuando me entra una mosca o un mosquito, si veo un gato me muero del susto!

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    1. Jejeje, yo también casi me muero, pero como anécdota queda estupenda

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