jueves, 14 de marzo de 2013

Transición al principio de la Edad Madura

Hace unos días me voy dando cuenta de que aunque yo no me de cuenta los demás me empiezan a considerar alguien mayor, eso o tengo pinta de madre, lo cual es sobre todo un fastidio, más sobre todo cuando siempre me dicen que tengo cara de niña y desde que me cambie la nariz más.

Ejemplo 1:

Situación: en el despacho de mi jefe, una reunión con un compañero al que hacía tiempo que no veía. Ese día llevaba una camisa-vestido y mi mala postura habitual.

Compañero: - Felicidades-
Reina: - Felicidades, ¿por qué?-
C.: - ¡Aaaah! ¿que no se puede decir todavía? -
R.: - Felicidades ¿por qué? – (empezaba a intuir que sería algo que no me haría ni pizca de gracia)
C.: - No, que me parecía que estaba embarazada-
(A mí se me desencajo la mandíbula, me quede boquiabierta y ojiplática)
Mi Señor Jefe: - Compañero, es que desde que eres papa te piensas que todo el mundo está igual- para quitar hierro al asunto y evitar me lo comiera con patatas.

Ejemplo 2:

Situación: cuarto de las fotocopias, dentro estaban un tío súper macarra que parece que me tira los trastos un día para no hacerme ni caso después.

Tío Súper Macarra: - ¿De cuánto estás? –
Reina: - De cero –

Sé que se debe a una mala postura combinada con mi manía de ir con la “tripa a lo loco”, mi profe de oriental me suele meter caña con eso.

Pero ya el remate de todo fue esta conversación con Brenda.

Brenda: - Con lo inteligente y culta que eres ¿no te has planteado tener hijos? –

Y ya está otra con Solé:

Solé: - Hijos tuyos no quieres ¿y adoptar? –

De verdad, no quiero hijos, ni siquiera quiero dormir con nadie en la misma cama, ¿es mucho pedir un poco de piedad y discreción?

lunes, 4 de marzo de 2013

Cara Anodina

Soy una de esas personas fácilmente olvidables, no me ofendo cuando una persona que me presentaron una vez no me saluda o no se acuerda de mí.

Ya me ha pasado más de una vez y más de dos:

Cuando mi amigo Gabriel dijo que se casaba nos junto a varios para que nos fuéramos conociendo, allí conocía a una chica, que cuando me acerque a saludarla en la boda, directamente me dijo que no se acordaba de mi y no insistí (si hubiéramos sido 15 ó 20, lo entiendo pero estábamos 8 de los cuales dos eran los novios)

Otra vez, cuando salía con Chuck, fuimos a un concierto al que fue mucha gente de la multi, me presentaron a una secretaria, con la que me salude un par de veces y luego perdí la pista, me la encuentro en la cena de Navidad mi subcontrata y me pregunta: -Pero tú no llevas mucho trabajando en la multi, ¿no?, porque Hexecilla si me suena más, pero creo que no te he visto nunca-, pero si me has pedido tabaco, ni te acuerdas de mi cara... menos mal que estoy acostumbrada y como las dos sois rubias de bote parece que entre especies os reconoceis (maldad absoluta).

El viernes cuando volvía a en el tren me cruce con “El Intenso”, un amigo/ex – compañero de trabajo Sonyi, no es que me caiga mal, es que es “intenso” y se aguanta bien en pequeñas dosis, como no iba con Sonyi ni me conoció, le salude, me saludo mientras ponía cara: -“A ti de que te conozco”, por un lado lo agradecí porque me encantan mis momentos Nescafe, por otro lado me molesto porque después de las chapas que me mete cuando nos hemos visto que no se acordara, da la sensación que con tal de dar la chapa le da igual a quien sea.

Son algunos ejemplos que por ser yo misma no destaco, pero cuando meto la pata se entera todo el mundo: primer día de Universidad al levantarme para irme a la cafetería, no sé como lo hice, pero se me engancho la cazadora vaquera, que llevaba atada al culo en el radiador, e hizo mucho ruido y las 70 personas que estaban en la clase se volvieron a mirarme, fui los tres años de carrera: “la del radiador”.